viernes, 8 de junio de 2012

AR&PA y #ARPAmuseos


Nunca había participado en una feria desde la posición del expositor. Es interesante e incluso divertido. Creo que he visitado las 8 ediciones celebradas de AR&PA, y esta ha sido la primera vez que lo he hecho desde el otro lado del mostrador. Hasta ahora mis valoraciones sobre esta feria quedaban en el entorno real, físico, pero en el tiempo transcurrido desde la edición anterior mis observaciones han adquirido una dimensión de red social; una perspectiva virtual.

Y esta nueva magnitud requiere “compartir”. Ésta es una palabra generosa en su misma grafía, además de un concepto bello y mágico, que no se desgasta por muchos vaivenes y ataques que le lance la mediocridad. Y esa generosidad me ha provocado un afán de compartir que me ha sido sugerido por personas valiosas, ya sea de manera directa como @prviva o @sabope, o de manera indirecta como Soraya, de @Canalpatrimonio, y que he decidido concretar en este post.

Empezaremos por una breve composición de lugar. AR&PA comenzó en 1998 como un proyecto ferial y congresual de la Diputación de Valladolid que planteaba proporcionar un punto de encuentro para empresas, profesionales, investigadores y ciudadanos en el ámbito de la restauración. Desde el principio pareció tener éxito de convocatoria pues comenzó con buenas cifras tanto de visitantes como de expositores, para más tarde ganar un importante auge a partir de la entrada de la Junta de Castilla y León, como colaboradora en 2002 y como organizadora única desde poco después. Os muestro un gráfico, de elaboración propia, hecho a partir de los enlaces que vienen al final del post, para que os hagáis idea de la evolución numérica. 

Evolución expositores y visitantes en AR&PA

No he podido encontrar, ni creo que existan, datos relativos al volumen de negocio generado por estas ediciones de las ferias, si bien es cierto que en 2010 el punto de interés de congreso internacional que se celebra de forma paralela se centraba en la “Economía del Patrimonio Cultural”. Un congreso en el que todos los asistentes no paraban de mencionar los 100 mil millones de euros que genera la rehabilitación histórica en Europa, o el dato de que la participación de la cultura en la economía española alcanzaba un 10% del PIB, según lo expuesto por el Informe “Innovación en el sector del Patrimonio Histórico” (2010), elaborado por la Fundación COTEC para la Innovación Tecnológica. 

No tengo porqué dudar de esas cifras. Es más, considero que estos informes son muy valiosos para determinar la manera en que la cultura genera desarrollo económico y son, en estos tiempos excesivamente tangibles, el mejor argumento para que los políticos aprecien el trabajo que hacemos los profesionales de la cultura. Con lo que no me conformo es con la mera repetición de cifras de talante periodístico que se limitan a la mera mención del número de visitantes o expositores en la feria, pues considero que vulgarizan la información sobre el sector y le restan valor ante el ciudadano. Y me preocupa más porque las administraciones acaban cayendo en la trampa de la desidia y la opacidad, de la falta de responsabilidad, y acaban proporcionando únicamente un tipo de información meramente cuantitativa, carente de análisis y limitada a la anécdota. En definitiva, y a la vista del gráfico anterior, lo único que me queda claro es que a medida que suben los expositores bajan los visitantes. Y ésto solamente me indica que tanto profesionales como ciudadanos han ido perdiendo interés por visitar la Bienal, en contraposición al número de empresas cuya presencia parece aumentar. Y tampoco parece que el interés por el congreso haya crecido, pues las fuentes hablan de 1000 congresistas en 2002, frente a los 460 de 2008, o los 260 de la presente edición. No figura en el gráfico pero se puede comprobar en los enlaces.

¿Esto quiere decir que AR&PA está muriendo? No necesariamente. Si el número de expositores crece, aumentan las posibilidades de realizar contactos, de conocer nuevas tecnologías, de iniciar relaciones, etc. Además en los últimos años se ha hecho un gran esfuerzo por abrir la feria al ciudadano con los programas “AR&PA en Familia” o “Abierto por AR&PA”, de los que tampoco encuentro cifras por cierto. No obstante, creo que las cifras, así presentadas, son huecas y que debemos exigir análisis más profundos y objetivos, debemos demandar transparencia y responsabilidad y, a partir de ellas, ofrecer colaboración y participación. A mí me interesa, por ejemplo, que se encueste a los expositores y que señalen su valoración sobre la feria y los contactos o negocios que han concretado. Me interesa también que las familias expliquen qué talleres les gustaron, por qué, y qué cambiarían o quitarían. Me gustaría saber cuál es la inversión de la Junta de Castilla y León en AR&PA y la relación proporcional que existe entre aquella y el número de asistentes, o saber cuánto supone el negocio realizado (pero todo bien auditado, no quiero una estimación sin respaldo documental). También sería interesante hacer un seguimiento post feria para analizar qué expositores mantienen su presencia, cuáles desaparecen y los motivos de ambas decisiones. Quiero conocer la procedencia de los visitantes, sus perfiles profesionales, sus motivos para acudir y la forma en que conocen la existencia de la convocatoria ferial, y también si la comparten en redes sociales.

 ¿Estas valoraciones se hacen? No lo sé, pero lo dudo. En cualquier caso opino que, de hacerse, deberían ser de conocimiento público. En fin, creo que hay múltiples maneras de estimar el valor real de la feria AR&PA en términos económicos, sociales o científicos; solamente hay que reflexionar y destinar recursos a interpretar si la inversión realizada produce todos los beneficios posibles, así como los factores de corrección o mejora.


Y tras este “repaso histórico” de la Bienal AR&PA me gustaría abordar mis impresiones personales sobre la última edición, aunque con cierta sazón desde mi punto de vista profesional. Desde luego que asistir a una feria en calidad de expositor es una experiencia que recomiendo. Participar en la preparación del stand y en las actividades, la logística, la asistencia para los días previos a la inauguración, los problemas que surgen y cómo se resuelven, el trato con los visitantes, la relación con otros colaboradores o expositores, y el cierre final..., todo ello ha sido una actividad que ha mejorado mi capacitación y que me ha satisfecho como persona y como técnico. Además la convivencia ha sido excelente y hemos tenido una experiencia que se sale de lo habitual, que escapa de la pesadumbre cotidiana.

Tengo una visión de las primeras ediciones de AR&PA como interesantes eventos donde cultivar relaciones y estar al día de la labor de instituciones y empresas. Casi como ahora, pero con una gran diferencia pues hace años el tamaño de los stands era muchísimo mayor (aunque los expositores eran menos, como hemos visto). En aquellos momentos pasear la feria era como “estar en la calle”, y ello suponía aglomeraciones, atascos y parones pues los 3 ó 4 pabellones que había no eran suficientes para albergarnos a todos. Era común tener que esperar para contemplar un stand, o atorar la entrada a uno de ellos porque algún grupete de conocidos se encontraba a la puerta. Es cierto, los arqueólogos, conservadores, restauradores, etc., íbamos “a encontrarnos” y a contarnos sobre nuestras vidas y trabajos, y eso configuraba una AR&PA esencialmente de convivencia. Aunque sobre todo lo era para los que tenían la suerte de estar invitados a los stands de las empresas constructoras pues, ni qué decir tiene, que en todos ellos había una trastienda donde trasegar comida y bebida en grandes cantidades (¡claro que los restauradores hacían negocio!, perdonad el mal chiste). Eran tiempos de burbuja ¿de champán?

Pero en los últimos años las burbujas perdieron fuerza y con ello perdió fuerza también AR&PA. Ir ahora es como “estar en la plaza”, porque los stands han reducido su tamaño, y espaciado su disposición, hasta crear grandes áreas sin contenido en los dos pabellones con los que ahora se cuenta. El problema es que no son plazas en el sentido de ágoras donde compartir y relacionarse, sino que lo son en el sentido de descampados que te ves obligado a cruzar para llegar a otro destino en una ciudad a medio hacer; no sé si en crecimiento o en despoblamiento. ¿Qué supone ésto? Pues que a veces ni llegues o que pases deprisa. Ni siquiera acampas.

Contra este factor de abandono que, a mi juicio se ha producido en las dos ó tres últimas ediciones, hay que reconocer que los organizadores han reaccionado de manera ágil. Han creado varios programas y contenidos que dinamizan, mejoran o implementan la Bienal y los van corrigiendo a medida que pasan las convocatorias. Uno de ellos es “AR&PA en familia” una excelente forma de incorporar al ciudadano a la labor de conservación y difusión del patrimonio cultural, por la vía de la enseñanza y la implicación y a través del factor de atracción que ejercen los niños. Creo que es una iniciativa excelente que puede crecer y mejorar, sin duda, gracias a una gestión más dinámica de las reservas y mediante la apertura de los talleres no solamente a niños, sino también a adultos y a otros colectivos diversos, y tras una reflexión profunda sobre el objetivo de los talleres porque ¿qué estamos proporcionando? ¿Un entretenimiento puntual para los niños, un reclamo para talleres en otros espacios, o un elemento de sensibilización sobre el aprecio, custodia y difusión del patrimonio cultural? ¿Nos lo hemos planteado? ¡Deberíamos!

Junto a este programa se ha creado “Abierto por AR&PA”, una manera de extender la visita hasta los museos, los grandes olvidados en ediciones anteriores. Naturalmente que ha habido presencia a de centros museísticos, pero siempre me ha dado la impresión de que la feria solamente encontraba su reflejo e interlocución en las grandes rehabilitaciones arquitectónicas, en las restauraciones impactantes de bienes culturales y en la aplastante presencia institucional pública y privada. En esta ocasión ha habido presencia destacada, con su propio stand, de los museos de Castilla y León y ello entiendo que traerá beneficio a los centros en el futuro. Por de pronto si has guardado tu entrada mira esto.

No obstante, esta presencia de museos se decidió recientemente, por lo que no se contaba con la ventaja de poder pensar en un stand y en las actividades a desarrollar, con una antelación de dos años. Este condicionante y la dinámica de presencia en redes sociales en la que estamos trabajando en el Servicio de Museos fueron los motivos por los que decidimos utilizar Twitter y la etiqueta #ARPAmuseos (especialmente creada para el evento) como elemento para compartir, difundir, interactuar, dialogar, opinar y dinamizar. Una vez allí y de manera sobrevenida, todo hay que decirlo, se ofreció la posibilidad de que los visitantes se hicieran fotos con un photocall improvisado e incluso tuvimos la presencia de ánimo de pasear el “corpóreo” por los pabellones y recibimos la sorpresa de que casi todo el mundo estaba dispuesto a posar. Los resultados los podeis ver en este tablón de Pinterest y en él podreis apreciar el éxito de la iniciativa. Para acabar con ésto un consejo: si alguna vez pensáis en hacer lo mismo que nosotros poned a más de una persona a manejar las redes sociales pues una sola persona no da abasto, sobre todo cuando hay que atender a tantos buenos amigos como visitan el stand, o si hay que disfrutar con maravillosas desvirtualizaciones como las de @RodrigoBurgos_, @sabope, @angelvilla2, @luzrasante, @amape26... Lo que quiere decir que si no os atendimos de manera adecuada es porque en ese momento nos debíamos a los followers.


Tiene razón @sabope en su post sobre la escasa difusión de la feria, tanto en internet como en la ciudad. Realmente hay mucho margen de mejora, por ejemplo en la mayor difusión del Portal de AR&PA o en la participación de la feria vía redes sociales. En descargo de esto último debo decir que la existencia de cuentas en redes sociales de la Junta de Castilla y León es un asunto incipiente, pero confío en que cambiará de manera radical para la próxima edición. De hecho yo personalmente he inoculado el virus Twitter en varios compañeros de la organización de AR&PA y me consta que alguno ya se ha contagiado. Actualmente la única cuenta con sentido patrimonial es @museoscastyleon y su propósito solamente toca tangencialmente los intereses que se requieren para el patrimonio cultural. En nuestro caso estamos más cerca de las instituciones museísticas, de sus actividades o del cumplimiento de sus funciones, y la conservación de las colecciones es sólo una de ellas.

Esta escasa difusión es posible que sea una de las razones para el descenso de visitantes, pero en las conversaciones que puede mantener se aportaban algunas más. Naturalmente la crisis es el argumento recurrente y principal, pero el cambio de fechas parece haber tenido una repercusión importante. En otras ocasiones la feria se celebraba en noviembre y en ésta, por razones que desconozco, se ha cambiado al mes de mayo y el resultado es que haya habido que competir con el buen tiempo, con el deporte escolar, con la celebración del Festival de Teatro y Artes de Calle, y hasta con bodas y comuniones. Un dato sí puedo dar: el último día, casi al final de la tarde nos visitó un antiguo compañero quien había comprado entrada, la cual nos mostró. La entrada, numerada, era la 565. Ahí lo dejo.

Como contrapartida a la escasez de público AR&PA ha ido creciendo en el ámbito de la colaboración y difusión científica. En los últimos años se ha potenciado el congreso internacional con gran éxito, pero lo verdaderamente interesante son las Jornadas Técnicas. De este modo, repartidos por la feria, se sitúan pequeños auditorios o salas donde se producen encuentros de profesionales, debates sobre experiencias y presentación de proyectos. En uno de ellos @Canalpatrimonio nos hizo enrojecer hasta la raíz del cabellos por sus halagos al trabajo de @museoscastyleon, y viniendo de ellos creo que podemos estar orgullosos. En fin, creo que estas microconferencias son una de las innovaciones más relevantes y uno de los elementos a potenciar, pues puede aprovecharse mucho los recursos de las TIC como el uso del streaming, inexistente en esta ocasión; aunque seguramente su falta no se deba a poca previsión sino a otros motivos coyunturales.  

Al acabar AR&PA envié el tuit que veis. Estos pocos caracteres (no más de 140) resumen la vivencia personal experimentada y en la que hay halago y crítica. La diatriba se dirige a ciertas actitudes que ví en AR&PA; quien quiera darse por aludido que lo haga. Algunos ni se darán cuenta, o no harán aprecio que al fin y al cabo es la mejor manera de desprecio. Viene todo a colación de stands abandonados, descuidados, atendidos a medias, viene a cuento de ese tipo de soberbia que se nutre de la oportunidad, de la moda, del ventajismo. La soberbia de la cigarra. Por eso digo en mi tuit que agradezco poco a las instituciones, aunque debería haber dicho que agradecía a pocas instituciones. Y luego los cargos, ¡ay!, la mayor parte de los cargos. Ya conocemos a los cargos, con lo que está todo dicho.

Así que para finalizar quiero señalar lo mejor de toda la Bienal AR&PA. ¿Os imagináis qué? Las personas, claro. Como siempre este tipo de eventos fructifica gracias a esfuerzos individuales, generosos y desinteresados, gracias a que mucha gente desborda humanidad y a un afán personalizado de compartir. Mi participación en el evento es una pequeña parte del total, una simple pieza de puzzle que sólo tiene sentido cuando se inserta en un lugar determinado. Por eso tengo que agradecer su trabajo a varios de mis compañeros del Servicio de Museos pues hacen que el mío resulte más fácil (sobre todo a @AliciaVillarP que sacó el stand adelante y tiró de nosotros a cada momento), a las maravillosas azafatas que tuvimos la suerte de conocer (Emma y Carmen), a los vecinos de stand (@MuseoEscultura y @PatioHerreriano sobre todo), a los responsables de los DEAC de los Museos de Ávila, Zamora y fundamentalmente Valladolid (@SilviaAvila5), y a todo el personal de la Dirección General de Patrimonio Cultural que estaba siempre donde hacía falta. Siempre que se celebra AR&PA muchos de ellos trabajan de más y desinteresadamente, cada uno sabiendo lo que debe hacer, cuándo hacerlo y cómo hacerlo. Son admirables.

Emma y Carmen

Y por último una reflexión. La actual situación económica que nos lleva a ajustar el gasto al máximo, que provoca que los stands hayan eliminado prácticamente el personal de atención, que el tradicional folleto haya desaparecido en favor de los códigos QR, que los materiales se reaprovechen o que se usen materiales reciclados..., ¿no nos estará llevando a otro modelo de feria? ¿Estamos ante una transición hacia nuevos patrones? ¿Existirá en el futuro una participación diferente? ¿Una feria virtual?



Para saber sobre distintas ediciones de AR&PA, las que he podido encontrar, podéis mirar en

2002   2004   2006   2008   2010   2012

Gracias por visitarnos

1 comentario:

  1. Son muchas las cosas para comentar :)
    Primero felicidades por el post y muchas gracias por escribirlo y hacernos participes de tu experiencia desde el otro lado del stand. La verdad es que es muy enriquecedor y interesante leer y saber que piensan los profesionales sobre el Bienal.
    Segundo: muchas, muchas gracias por las menciones y tenerme en cuenta en tu post!: estoy sonrojada y contentísima de verme aquí nombrada: D y ver que coincidimos en muchas cosas.
    Y ahora va lo bueno. Opiniones y debates XDD
    Muy interesante la gráfica así como la reflexión de como el número de visitantes ha bajado respecto a otros años a diferencia de los stands de los profesionales. Igual como tú dices, el boom de ARPA ya paso y ahora simplemente esta desinflándose. Estoy totalmente de acuerdo contigo en que hay que potenciar nuevos sectores, pensamientos y formas de gestionar las cosas de manera diferente, innovar, hacer uso de las nuevas tecnologías, estar a la vanguardia de las necesidades de la sociedad, fomentar la educación en el patrimonio a los niños y también a los mayores… para que ARPA continué siendo un congreso internacional sobre patrimonio de prestigio donde la participación social y el debate sea abierto tanto a profesionales como visitantes por igual.
    Los programas “AR&PA en Familia” o “Abierto por AR&PA” yo creo que han sido un gran acierto. A lo largo de los 3 días que estuve allí vi como los niños disfrutaban de las actividades (aunque eche de menos poder participar yo en ellos) y que los que fuimos a ARPA tuviéramos la oportunidad de visitar los museos gratis fue genial. Nosotras aprovechamos para ver el tan famoso Museo Nacional de la Escultura y nos gusto mucho esta iniciativa. Hay que renovarse constantemente para no decepcionar a la gente y a la vez que estos vivan una experiencia nueva. Ya que, si ya has ido a ARPA ¿para qué quieres volver si no te ofrecen nada nuevo? ¿qué atractivos te ofrece para repetir la experiencia? Y aquí como bien has dicho, tanto estos programas, como las conferencias cortas sobre proyectos de innovación, comunicación etc. creo que son un nuevo atractivo y la clave que se debe explotar en ARPA para atraer a nuevos visitantes; además de que ya no todo es restaurar y conservar, sino que es necesario difundirlo, dar a conocer mediante las RSS, hacer programas público-educativo relacionados con el patrimonio, y un largo etc. La incorporación de los museos creo que también es un factor clave y que estoy segura se explotará en años venideros. Además, lo hicisteis genial a pesar del corto tiempo que dijiste que teníais para prepararlo todo. Vuestro stand casi siempre estaba lleno de gente, sobre todo niños y el trato era insuperable. Me encanto conoceros tanto a ti, como Alicia. Concuerdo contigo en que lo mejor de ARPA sin lugar a dudas fue la desvirtualización. Poder compartir formas de pensar, críticas y debatir con otras personas con las que hablas a diario por twitter.
    En fin, no me enrollo más, que podría estar comentando y no callaría, jejeje. Te lo repito de nuevo, fantástico post y magnificas reflexiones. Continuamos hablando y leyendo a través de twitter. Un abrazo. @sabope

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