Y llegó nuevamente el Día Internacional del Museo; con sus actividades extraordinarias; con sus jornadas de puertas abiertas; con sus noticias pintorescas saturando los medios; con sus listas de “los 10 museos que…”; con fotos de infantes, usuarios despistados por la falta de costumbre en la visita o políticos sonrientes (y también despistados por la falta de costumbre); con sus reivindicaciones, que tratan de aprovechar que hoy es de los pocos días en que se hace caso a los museos y a sus trabajadores; con sus cifras, malditas cifras.
También es el día en que hay gente que visita un museo por primera vez para no volver; el día en que se inauguran actividades ordinarias que solamente retrasaron la fecha para añadir un poquillo de impulso mediático; el día en que se descubre la existencia de museos ignorados, que lo estaban por algo; el día en que algún político, por mor del despiste o del calentón, promete cosas que luego debe cumplir pues las ha manifestado en sala de prensa y a qué coste a veces; el día en que muchos usuarios se dan cuenta de que hay numerosísimas personas que trabajan a diario en los museos (también en esos en los que hay jornadas en las que no entra nadie); el día en el que el museo tiene menor competencia y puede visibilizar sus demandas, carencias y necesidades.
Esto no es una crítica a la celebración del DIM, sino
al uso que hemos venido otorgando a la efeméride en los últimos años. Creo
que muchos profesionales de museos nos hemos dejado llevar por la
autocomplacencia (con la colaboración interesada de los titulares de los museos
y la complicidad o falta de exigencia del usuario) y hemos transformado el DIM en
un objetivo en sí mismo, más que en un medio para alcanzar un propósito. A veces pienso que
nos quedamos en la efervescencia de la ocasión sin aprovechar el empuje que la
fecha puede proporcionar. Y muchas más veces tengo la sensación de que algunos acuden al
DIM obligados, sin ganas, sin espíritu ni finalidad, solamente porque no se
puede dejar de estar y porque en el amparo de la prodigalidad disimulan quienes solamente están aquí de paso.
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Foto extraída de http://icom.museum/actividades/dia-internacional-de-los-museos/L/1/ |
Y eso me lleva a hacerme muchas preguntas y a animarte a que
tú también te las hagas. ¿Tienes claro qué es lo que quieres para tu museo? O
haces lo que siempre se ha hecho ¿Te has parado a reflexionar sobre la misión
del museo, sobre por qué haces las cosas que haces? O simplemente te limitas
a reproducir comportamientos que te parecen adecuados. ¿Te has
abierto realmente al usuario? O solo te interesa saber su número. ¿Tu visitante
conoce los servicios que presta el museo? O los das por conocidos y aceptados. ¿Te relacionas y trabajas con otros museos? O los ves como una competencia. ¿Has aprendido algo en estos años? O es que ya lo sabes todo.
Son tantas las preguntas que no nos hacemos, tantas las
preocupaciones que no compartimos, tantas las cosas por hacer, los públicos por
incluir, las barreras por derribar, los vicios que eliminar. Si todos tenemos
claro que el museo es un espacio de encuentro y participación, que es un medio
de intercambio cultural y de desarrollo social. Si es nuestra casa… ¿por qué no
debatimos más y reflexionamos sobre el museo? ¿Te lo has planteado? ¿De verdad?
Cualquier día del año, no solo el 18 de mayo, hay muchos museos que hacen un gran trabajo y muchas actividades apasionantes con visitantes disfrutando en el museo. Pero si en tal día la noticia se reduce a que el museo es "gratis" y la actividad "excepcional" es que lo estamos pensando poco.
Cualquier día del año, no solo el 18 de mayo, hay muchos museos que hacen un gran trabajo y muchas actividades apasionantes con visitantes disfrutando en el museo. Pero si en tal día la noticia se reduce a que el museo es "gratis" y la actividad "excepcional" es que lo estamos pensando poco.